La franquicia nace en un primer momento de la visión de sus empresarios, sus emprendedores, así como del aprovechamiento de las oportunidades empresariales que este sistema permite. Esta visión se manifiesta en la capacidad de adelantarse al mercado, a los competidores y en saber desarrollar modelos de negocio exitosos. Las empresas que franquician consiguen romper habitualmente los moldes establecidos.
Son muchas las empresas que requieren una mayor proximidad al cliente por las características del mercado o la complejidad de sus productos y servicios. La apertura de unidades propias supone un alto coste y difícil justificación de la inversión a realizar. Esto no debería ser obstáculo para su expansión. Al mismo tiempo, el ritmo de aperturas y la incorporación de personal no pueden estar en consonancia con las necesidades de la empresa. Las marcas que franquician obtienen la ventaja de poder expandirse sin incurrir en nuevas inversiones y costes de personal.
Crear una sólida red de distribución es el objetivo principal de una empresa fabricante de productos y/o servicios. Mantener una cierta fidelidad de la misma, que garantice su cobertura, a la vez que el conocimiento e identificación de sus productos, es esencial para que las acciones de marketing se acerquen al usuario final.
No obstante, las dificultades actuales del distribuidor tradicional frente a la competencia y el descenso del comercio independiente, están afectando al fabricante. Este observa cómo sus productos dejan de venderse. En muchas ocasiones, tampoco existe la necesaria fidelidad por parte de los canales, que defienden aquellos productos con los que puntualmente obtienen mejores márgenes por encima de la marca. Resultado de esta situación es la dificultad de conectar los esfuerzos de marketing con la imagen y presencia de los productos y la calidad de servicio que debe acompañarlos.
Es más, cada vez es mayor el número de fabricantes insatisfechos con sus ventas y con la forma en la que sus productos llegan al mercado. Insatisfechos con el canal y sin un control real de su destino.
Al disponer de una red de franquicias, las empresas franquiciadoras se aseguran la presencia en cada zona de establecimientos con una oferta clara; con una imagen exterior homogénea; con un conocimiento y atención profesionalizada; y con una concordancia total entre las acciones de marketing globales y locales en un mismo tiempo. Esto, en definitiva, acerca la empresa al consumidor final.
Hay determinadas empresas en las que los volúmenes de compra a proveedores permiten obtener mejores precios. Estas pueden ver en la franquicia una posibilidad de penetrar en el mercado con una clara competitividad. De hecho, todas las empresas que franquician se benefician antes o después de las múltiples economías de escala por el efecto red. Pero las economías de escala no afectan sólo a las compras, inciden también directamente en el efecto marca, presencia, localización, etc.
En muchas ocasiones, el entorno en el que se opera es el que influye en la decisión que obliga al necesario crecimiento empresarial. Con independencia de otras posibles oportunidades que puedan surgir paralelamente. Son sectores en los que el tamaño actual o potencial de la competencia, las economías de escala que se producen, o el propio crecimiento experimentado, obligan a plantearse a sus protagonistas la fórmula de expansión a través de la franquicia.
La posición de las empresas en un determinado sector puede verse en ocasiones amenazada por la expansión de nuevos actores en el mercado. Empresas líderes han sido desplazadas en muy poco tiempo por las sinergias alcanzadas por empresas que se han desarrollado a través de la fórmula de franquicia. Esto ha ocurrido ya en múltiples sectores. Anticiparse a los competidores es una estrategia adoptada por muchas empresas que franquician.
La mejor franquicia es, en muchas ocasiones, aquel concepto de negocio exitoso y que llama la atención de todos aquellos que lo conocen, siendo demandado por sus propios clientes y entorno que quieren participar del mismo. Este es un hecho mucho más frecuente de lo que podamos imaginarnos.
En fase de inicio o con una o varias unidades de negocio exitosas, tienen la oportunidad o la necesidad de crecer empresarialmente. Franquiciar es una excelente elección para ellos.
Que tienen una idea de innovación empresarial que han puesto en marcha y que funciona exitosamente.
Que necesitan crecer y a la vez crear canales de distribución fieles, rentables y unificados.
Con productos y servicios que tienen una marca reconocida o con necesidad de penetración en determinados mercados. Que necesitan establecer una mayor proximidad con sus clientes y un mejor control de la distribución.
Franquiciar representa sin duda una oportunidad de desarrollo y creación de nuevo negocio inigualable para muchas empresas sin importar su tamaño, su condición, ni su punto de partida.
La franquicia pertenece a un sector consolidado y maduro en el que operan un significativo número de marcas, más de 1.200, que no dejan de crecer año tras año, como confirman todas las tendencias y previsiones.
Nuestra apreciación, a lo largo de nuestra experiencia como consultores de franquicias, es que el número de empresas que deciden franquiciar seguirá aumentando progresivamente, al mismo tiempo que sigue incrementándose la demanda e incorporación de emprendedores e inversores en este sistema, cada vez con una mayor consolidación y asentamiento.
Prácticamente todos los sectores de actividad están representados en la franquicia. Allí donde se implanta muestra su competitividad, desplazando en muchas ocasiones a operadores asentados de toda la vida. Esto ha ocurrido en múltiples sectores, donde las empresas individuales se han visto cada vez más desbordadas por las nuevas franquicias que han ido apareciendo.
Un programa de franquicia abarca dos partes fundamentales:
Una vez finalizado el proyecto de franquicia se inicia inmediatamente la comunicación y comercialización de la marca, para iniciar su fase de “Expansión”. Una expansión exitosa es siempre el resultado de un modelo de negocio exitoso, un proyecto de franquicia bien desarrollado y una adecuada comunicación en los medios y canales determinados.
Franquiciar es uno de los hechos más relevantes que puedes vivir como empresario. El inicio de todo proyecto de franquicia es siempre el comienzo de una ilusión empresarial. Es una decisión estratégica que debe estar suficientemente fundamentada y al mismo tiempo requiere de la total convicción del equipo fundador. Una vez consigas tus primeros franquiciados serás el autentico protagonista del crecimiento de tu empresa y es una sensación única que hemos podido compartir con muchas empresas.
Antes de valorar la idea de franquiciar una empresa, es necesario tener un modelo de negocio sólido. Esto implica conocer el mercado, saber quiénes son nuestros clientes y entender cómo funciona la empresa en general. Debes tener una idea clara de la visión y misión empresarial y cómo la franquicia se alinea con ella.
Es importante tener un modelo de negocio testado, ya que será la base de la franquicia. Una vez que tengas esto establecido, podrás avanzar a la siguiente fase del proceso de franquicia.
La documentación es una parte crucial del proceso de franquicia y necesaria en todo momento. Antes de iniciar la expansión de tu empresa en franquicia, debes tener una serie de materiales que estén en línea con las regulaciones locales y nacionales.
La documentación incluye los siguientes aspectos:
Es importante asegurarse de que toda la documentación esté completa y actualizada antes de comenzar el proceso de comercialización de tu franquicia.
En Tormo Franquicias Consulting somos expertos en todos los aspectos clave y necesarios para franquiciar una empresa de manera efectiva. Desde la creación del modelo de negocio, su implementación en una franquicia exitosa y su posterior comercialización.
Si crees que tu empresa puede crecer y desarrollarse a través del sistema de franquicia, puedes contactar directamente con nosotros a través del teléfono 911 592 558 o en el mail [email protected]